miércoles, 26 de agosto de 2015

Un pequeño paso para ti, un gran paso para ti.


Nuestras expectativas, es decir, lo que esperamos de la vida, puede influir en cómo percibimos la realidad, transformándola en "nuestra" realidad. Nuestra manera de experimentar las cosas, depende en gran medida de lo que esperamos de ella. Es tan importante nuestra relación mente-cuerpo, que incluso medicamentos como la morfina, no actúan del mismo modo si el paciente desconoce que se la están dando.

Los pensamientos que tenemos, nos ayudan a interpretar y caminar por la vida. Estos pensamientos determinan como nos enfrentamos a lo que nos rodean. Pero también pueden limitarnos, y de hecho, lo hacen. Cuando tenemos pensamientos tipo "no puedo", "no soy capaz", "no me lo merezco", provocan en nosotros realidades que nos alejan de los objetivos. Para ello necesitamos cambiar el sentido de estos pensamientos.

Pero, ¿cómo podemos nosotros transformar estos pensamientos limitantes?

La visualización es una herramienta que provoca cambios en nuestros pensamientos y expectativas, influyendo claramente en nuestra visión de la realidad, y generando motivación para tus objetivos.

La visualización es muy habitual en el mundo del deporte. Michael Phelps (ganador de 22 medallas olímpicas), emplea el término del video de la forma de nadar perfecta. Video, que según Phelps, lleva viendo desde que era niño en su mente al irse a dormir y que desea conseguir al día siguiente.

La visualización no es sólo útil en el deporte, ya que nosotros podemos ir dando los pasos necesarios para cambiar aspectos de nuestra vida encaminándonos a la consecución de nuestros objetivos. Esta herramienta nos ayuda a cambiar el sentido de nuestros pensamientos limitantes, y a generar pensamientos que nos ayudan a dar los pasos necesarios en el camino correcto.

Viçens Olivé, director de Instituto Gestalt, afirma que no sólo podemos aplicar la visualización para mejorar nuestra calidad de vida, sino que a diario la usamos. Para comprar, para ir al cine, para organizar un viaje...tenemos que visualizar. Pero este automatismo, también lo usamos cuando las cosas no nos funcionan. La cuestión es, según Olivé, como generar un futuro diferente, para cambiar nuestra forma de sentir la vida.

Pero, pongámoslo en práctica. (Ahora te toca trabajar). Para este sencillo ejercicio necesitamos dos elementos. Uno eres tú, y el otro son 5 minutos de tu tiempo. Sencillo, ¿no?.

Levántate, imagina algo que quieras conseguir o cambiar en el futuro. Algo que ahora no tienes y que te gustaría tener. Cierra los ojos y visualízalo. ¿Lo tienes? Seguimos...
Camina unos pasos hasta que te sitúes en ese futuro dónde has alcanzado tu objetivo. Cierra los ojos. Escucha los sonidos que habría, qué imágenes verías, cómo te sentirías...y disfrútalo durante unos minutos.
Vuelve de nuevo al punto de origen, con la sensación de haber estado en el fúturo deseado y activa la máquina de generar opciones. ¿Qué puedes hacer a corto plazo para conseguir eso que has sentido? Del 1 al 10, ¿cómo estás de comprometido? Pues sin más....ACCIÓN.



Al final tenemos nuestro gran sueño definido, y los pequeños pasos que queremos dar para conseguirlo. No hay prisa, no hace falta correr, siempre que vayamos en la dirección correcta.

Los grandes cambios pueden asustarnos, pero podemos ir consiguiendo acercarnos poco a poco. Con actividades conscientes, pequeños cambios, que nos acercan al gran cambio. Imagina como sería tu vida si empiezas a hacer estos pequeños cambios ahora mismo.

Al fin y al cabo, es tu vida.

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